lunes, 11 de febrero de 2019

Integradora y educadora social en apuros

Hoolaaa! Este artículo va destinado a compartir unas emociones y sensaciones que estoy experimentando a raíz de estar acabando la carrera de educación social. 

Muchos de vosotros y vosotras os habréis interesado en el título del articulo. Y me juego lo que queráis a que la mayoría quizás os sintáis identificados con las sensaciones y sentimientos que estoy experimentando actualmente.

Ante todo quiero dejar claro que nadie es más profesional por tener más titulaciones formales, ya que, para mí, un buen profesional es aquel que ha desarrollado las capacidades y las competencias adecuadas para acompañar e intervenir con las personas con las que trabaje. Aquella persona, que sabe establecer un buen vínculo con el otro a pesar de las dificultades que existan de por medio. Un buen profesional, es el que sabe poner límites cuando es necesario y es capaz de escuchar y atender a las necesidades de la persona. Consecuentemente, trabaja en equipo para ofrecer una mejor atención interdisciplinar y respeta al resto de los profesionales. Un buen profesional, es aquella persona que disfruta con su trabajo y se implica para dar lo mejor de sí mismo/a...

Este pequeño parágrafo no recoge ni una cuarta parte de lo que es ser un buen profesional pero sí considero que es una síntesis apropiada a lo que siento actualmente (Si ahora mismo estáis pensando en alguna otra habilidad, competencia o forma de ser, estoy abierta a nuevas ideas y propuestas).

Hay miles de buenos profesionales esperando a trabajar y dar lo que fuese por ganarse la vida de ello. En mi caso particular, me saqué el titulo de monitora. Hace dos años el grado superior de Integración Social. Y, hoy por hoy, sólo me queda el TFG de educación social. Hago referencia a los estudios que tengo porque siempre te dicen que "estudiar te garantiza un futuro" o "que te abre las puertas del mundo laboral", entre otras miles de afirmaciones. 

Llevo 4 años ganándome la vida trabajando en un supermercado, muy feliz y contenta dado que gracias a este trabajo he podido pagarme mis gastos y la carrera. No obstante, llevo buscando trabajo  ,relacionado con el ámbito social, medio año. Todo este tiempo, cada día he mirado ofertas y enviado curriculums los cuales parece que se los trague un agujero negro (nadie me contesta o me rechazan a las candidaturas). Suelo enviarlo a ofertas en las que cumplo los requisitos pero hay 300 personas más apuntadas a la misma...lo cual dificulta muchísimo el proceso de selección.

La sensación que me queda es de mucho desanimo. Pensar en que ninguno de los estudios me han facilitado ningún trabajo. Que aunque deseé dar lo mejor de mi y luchar por ser una buena profesional, no hay manera. Y sé, que muchos y muchas vivimos esta situación y nos da impotencia.

Actualmente estoy haciendo dos voluntariados en los cuales estoy aprendiendo muchísimo y estoy muy agradecida de tener la oportunidad de estar ahí. Desgraciadamente, necesito ganarme la vida y tener un salario como cualquier otra persona. Y sí, estoy adquiriendo más experiencia que luego me servirá para un futuro. Sin embargo, no puedo dejar de pensar que no he estudiado 6 años para ser sólo voluntaria. 

Hoy por hoy la cosa esta así, para mí y muchas otras personas. Espero de corazón que poco a poco podamos encontrar nuestro sitio en el ámbito social, ya que todos y todas, independientemente de si eres monitor, educador, integrador, trabajador, psicólogo, pedagogo... nos merecemos las mismas oportunidades y ojalá pudiésemos ejercer para lo que nos hemos formado y dedicado tanto esfuerzo, cuidado y cariño.

Un saludo y un abrazo a todos esos profesionales en apuros.